Se acaba el papel

como las pláticas







sábado, 14 de marzo de 2015 @ 12:05
CONSEJOS PARA LA MUJER FUERTE
Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
Ellas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
hasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
la erudición de tus fantasías.

Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
acarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.

No pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
y te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.

Si eres una mujer fuerte
prepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
a que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.

Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
Lee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodealo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas.

Es menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
una estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.

Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
e invoca la memoria de mujeres antiguas.

Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbados
y el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
Constrúyete. Cuidate
Atesora tu poder
Defiéndelo
Hazlo por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.

Gioconda Belli

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@ 12:02
ESTO ES AMOR- Gioconda Belli

"Esto es amor, quien lo probó, lo sabe" (Lope de Vega)
La mente se resiste a olvidar las cosas hermosas, se aferra a ellas y olvida todo lo doloroso, mágicamente anonadada por la belleza.
No recuerdo discursos contra mis débiles brazos, guardando la exacta dimensión de tu cintura; recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos, tus palabras en un papel que encuentro por allí, la sensación de dulzura en las mañanas.

Lo prosaico se vuelve bello cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix, ceniza de mi cigarro que es el humo después de hacer el amor, o el humo compartido, quitado suavemente de la boca sin decir nada, íntimamente conociendo que lo del uno es del otro cuando dos se pertenecen.
No te entiendo y quisiera odiarte y quisiera no sentir como ahora el calor de las lágrimas en mis ojos por tanto rato ganado al vacío, al hastío de los días intrascendentes, vueltos inmortales en el eco de tu risa y te amo monstruo apocalíptico de la Biblia de mis días y te lloro con ganas de odiar todo lo que alguna vez me hizo sentir flor rara en un paraíso recobrado donde toda felicidad era posible y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias, abandonado ya meses al sonido de besos y palabras susurradas o risas a la hora del baño.

Te añoro con furia de cacto en el desierto y sé que no vendrás que nunca vendrás y que si venís seré débil como no debería y me resisto a crecerme en roca, en Tarpeya, en espartana mujer arrojando su amor lisiado para que no viva y te escondo y te cuido en la oscuridad y entre las letras negras de mis escritos volcados como río de lava entre débiles rayas azules de cuaderno que me recuerdan que la línea es recta pero que el mundo es curvo como la pendiente de mis caderas.
Te amo y te lo grito estés donde estés, sordo como estás a la única palabra que puede sacarte del infierno que estás labrando como ciego destructor de tu íntima y reprimida ternura que yo conozco y de cuyo conocimiento ya nunca podrás escapar.

Y sé que mi sed sólo se sacia con tu agua y que nadie podrá darme de beber ni amor, ni sexo, ni rama florida sin que yo le odie por querer parecérsete y no quiero saber nada de otras voces aunque me duela querer ternura y conversación larga y entendida entre dos porque sólo vos tenés el cifrado secreto de la clave de mis palabras y sólo vos pareces tener el sol, la luna, el universo de mis alegrías y por eso quisiera odiarte como no lo logro, como sé que no lo haré porque me hechizaste con tu mochila de hierbas y nostalgias y chispa encendida y largos silencios y me tenés presa de tus manos mercuriales y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca y ramas largas y mojadas como el agua de las cañadas y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia y sabe que ya no hay nubes, ni evaporización, ni ríos, que el mundo se secó y que no volverá jamás a llover, ni habrá ya nieve o frío o paraíso donde pájaro alguno pueda romper el silencio del llanto.

Gioconda Belli

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@ 12:00
CUANDO ME AMÉ DE VERDAD (Charles Chaplin)

Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta, y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme. Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia, y mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy contra mis propias verdades. Hoy sé que eso es… Autenticidad
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a aceptar todo lo que acontece, y que contribuye a mi crecimiento. Hoy eso se llama… Madurez
Cuando me amé de verdad, comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no está preparada, inclusive yo mismo. Hoy sé que el nombre de eso es… Respeto
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable: personas, situaciones y cualquier cosa que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo. Hoy se llama… Amor Propio
Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro. Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero, y a mi propio ritmo. Hoy sé que eso es… Simplicidad y Sencillez
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón, y así erré menos veces. Hoy descubrí que eso es… Humildad
Cuando me amé de verdad, desistí de quedarme reviviendo el pasado, y preocupándome por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y eso se llama… Plenitud
Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme. Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón, ella tiene un gran y valioso aliado. Todo eso es… Saber Vivir
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@ 11:58
Una vez quise ser hombre
Una vez quise ser hombre para casarme con mi hermana que ya lleva tres divorcios. Para amar a mis amigas que en cada relación mueren un poco. Quise ser hombre para fecundar sus vientres, no de hijos, sino de poesía, vino tinto, relojes parados, unicornios azules. Para decirle a Josefina cuanto admiro su forma de entregarse. Para escribirle a Rosi esas cartas que no llegan nunca. Llamar por teléfono a Pilar que espera tantas tardes. Llenar de caricias prolongadas el espacio de Beatriz, que vive sola y le tiene miedo a los temblores. Quise ser hombre, para amarlas a todas y no sentir más el frío de sus lágrimas en mi playera, ni mirarlas apagarse, ni presenciar sus funerales en sus ataúdes de treinta años. Quise ser hombre para invitarlas a volar el periférico, a bailar descalzas porque el América le ganó al Guadalajara, para llevarlas del brazo hasta una cama donde no tengan que fingir orgasmos. Pero soy mujer y, aunque puedo compartir con ellas la poesía, escribirles cartas, llamarlas por teléfono, llenarlas de caricias prolongadas, volar el periférico, bailar descalzas, secar su llanto, tocar su alma… No es suficiente. No les alcanza. Porque, desde niñas, aprendieron que los hombres son un premio al que hay que amar, sin importar si ellos las aman. Rosa María Roffiel